Sé qué se siente cuando no puedes bajar de peso y la frustración cuando dices que quieres combatir tu problema de sobrepeso, obesidad o exceso de grasa y pasa todo lo contrario, no lo logras.
Digo esto porque yo también pasé por esa misma situación. Cada año me prometía que acabaría con mi barriga, cuidaría de mí y que no tendría más sobrepeso. Iniciaba con mucho juicio, pero a los quince días dejaba todo tirado.
Debo decir que desde niño siempre padecí el flagelo de la obesidad y lo mal que me sentía cuando en la escuela y el colegio me decían gordiflón, bola de manteca, buñuelo, marrano… Eso afectó mucho mi confianza para relacionarme con las personas y fue uno de los motivos por los cuales me refugié en el mundo de lo intelectual, como medio de aceptación y no darle importancia de las implicaciones de la obesidad.
Sin embargo el problema era mayor: no era conciente de que la obesidad en etapas tempranas de la vida tiene consecuencias graves en el largo plazo, algunas irreversibles.
No fue hasta mis 40 años, los efectos sobre el cuerpo que hacen 98 kg de peso, la pandemia de la Covid-19 y la fortuna de conocer a una persona que hoy es uno de mis mentoreados, que aprendí sobre lo importante que es la vitalidad, la alegría, el amor propio y el bienestar.
Moraleja: nunca es tarde para confrontar con seriedad el problema de la obesidad y las causas por las cuales es «imposible» bajar de peso.
El problema no es bajar de peso, es entender el por qué no cuidas de ti
Lo primero que hice para bajar 23gk de peso en un año no fue hacer dietas milagro o ejercicio como lo había hecho en mis otros intentos, empecé con lo que nunca había escudriñado: mis creencias, mis palabras.
Nunca había sido consciente de lo que significaba para mí ser obeso. Luego de mucho pensar, concluí que de manera inconscente amaba la obesidad y tenía un fuerte rechazo por aquellas personas que son narcisistas del cuerpo.10
En resumen, era tanto el amor por la gordura, que eso me impedía bajar de peso. Palabras como «no importa ser gordo si eres buena persona» o, «a nadie le importa si estoy gordo«, fueron lapidarias cuando las traje a mi consciente.
Analizando esas palabras, me di cuenta que estaban cargadas de mucha ira, resentimiento y frustración, pues trataba de justificar que no era importante ser gordo cuando hay otras cualidades que pesan más. La realidad era que, a pesar de ser muy buen intelectual y tener otras ventajas sobre los demás, no estaba cuidando de mí, no valoraba lo importante que es la salud.
Y detrás de esa ira incontenible llegaban otros males mayores, el no ser conscientes de lo que se come, el comer de cualquier forma y ser presa fácil de los gurús de las dietas milagro, igual de peligrosos que el comer en exceso.
Increíble, las palabras dan vida o matan. Por eso, mi primer entrenamiento que hice fue verbal, tres meses hice un cambio radical a todas las frases basura que sacaba de mi boca y que las tenía guardadas en mi programación mental .
Esa programación la hice con dos enfoques:
- Atacar a la obesidad, borrar ese enamoramiento que tenía por la gordura
- Amar el cuidado personal y el por qué era importante bajar de peso
En el primer enfoque de atacar la obesidad empecé a usar frases como éstas:
- «La gordura me cae mal»
- «La grasa es mala»
- «Cero harinas en mi comida»
El solo decirme eso todos los días me hizo reaccionar, ser más consciente de mi aspecto físico, mis dolencias y lo que compraba en el supermercado.
En el segundo enfoque estas palabras se volvieron mi mantra:
- «Estoy flaco»
- «Estoy sano»
- «Estoy esbelto»
- «Como saludable»
- «Duermo en calidad y cantidad»
- «Hago ejercicio»
Esas palabras fueron como un abono para el terreno, para poder iniciar rutinas para poder bajar de peso.
Dietas milagro y rutinas que no concuerdan con los objetivos: ¿Por qué quieres bajar de peso?
No es lo mismo hacer por moda que por una motivación. Otro de los errores que encontré al querer combatir mi obesidad, era que lo hacía por presión social, en lugar de ser algo importante para mí.
Asi que otro de los consejos que te doy si estás buscando perder grasa, perder peso o hacer cualquier cosas que beneficie tu salud y bienestar es, nunca lo hagas por los demás, ¡hazlo por ti!
Hazlo porque quieres una versión nueva de ti mismo y no la caricatura que quieren los demás de ti.
Hazlo porque deseas estar sano, libre de enfermedades que en el largo plazo son costosas de atender, no porque necesitas que los demás te digan que estás bonito/a.
Cuando sabes el por qué, empiezas a buscar las mejores herramientas para lograr los resultados. No pierdas tu tiempo buscando dietas milagro. Tu cuerpo es distinto al de los demás, y para eso debes acudir a profesionales que ayuden a madurar tu consistencia (saber cómo estás hoy, qué necesitas y cómo lograrlo).
Mi primera recomendación aquí es que te hagas un estudio de composición corporal. Así podrás saber qué cantidad de grasa y músculo tienes, así como la calidad de tus huesos. Nada te ganas con bajar de peso si pierdes músculo y no pierdes grasa visceral y tus huesos pierden minerales esenciales para evitar fracturas.
Lo segundo que deberías hacer es estudiar muy bien lo que te comes todos los días. El fracaso en muchos programas de pérdida de peso se dan por no saber cuáles son los requerimientos nutricionales óptimos para bajar de peso y elegimos los productos con la peor densidad de nutrientes o desequilibrados.
Yo he conocido personas flacas, pero con graves problemas de anemia o hígado graso, todo esto porque no saben combinar los mejores alimentos según el cambio que se requiere en la composición corporal.
Lo tercero que deberías hacer es entender qué tan intensa es tu actividad diaria. En mi caso era semi sedentario. Esto es muy importante, porque sólo con actividad física y adecuada nutrición es posible bajar de peso, las dos cosas deben ir de la mano.
Un error muy frecuente de las personas que quieren perder peso es que creen que altas cargas de actividad física y haciendo fuertes restricciones en su alimentación, incluso, no comer es lo que permite llegar al objetivo.
¡Esto es falso!
En mi caso yo perdí 23 kg de peso comiendo, pero de diferente forma:
- Cambiando las porciones de lo que comía, pues uno de mis errores era que consumía más de lo debido.
- Dejando de comer ciertos alimentos en ciertos horarios.
- Cambiando ciertos alimentos por otros con mejor densidad de nutrientes (por ejemplo, el arroz paddy lo cambié por arroz integral negro, cambia harina de trigo refinada por harinas integrales).
- Eliminando alimentos que por mi edad no eran necesarios (embutidos y carnes rojas).
Si estás buscando opciones de alimentación, en este sitio web hay varias que puedes consultar
Y tampoco fue necesario pagar gimnasio, recurrí a la ayuda de los videos gratuitos de profesionales en acondicionamiento físico que encontré en youtube, con ellos aprendí rutinas que hacen gastar energía y crear músculo sin alta intensidad y con bajo riesgo de abandono (entrenamiento de fuerza y cardio abdominal especialmente).
Mi rutina diaria no pasa de los 60 minutos y así poder hacer mis otras cosas. Y lo más importante: no pasa nada si un día no puedes hacer ejercicio, es normal.
Si buscas rutinas de ejercicio te recomiendo que visites los canales de Youtube de Reto MC y Chuy Almada, Reto Mc tiene sesiones de ejercicio en vivo, y Chuy te enseña rutinas muy completas, exigentes, pero con muy buenos resultados.
Cómo manejar la persistencia y la consistencia cuando se quiere bajar de peso
El cuidado de uno mismo es mucho más complejo de lo que se piensa. La procrastinación es el enemigo a vencer. Por eso es importante que esté claro el por qué cuidas de ti, cuál es tu motivación, por qué quieres bajar de peso.
Mis recomendaciones para la persistencia:
- Hacer todos días actividad física, iniciando primero rutinas cortas de 20 minutos y luego ve van aumentando el tiempo cada semana. No intentes soluciones milagro ni cargas altas al principio porque es perjudicial para la salud y vas a renunciar.
- Descansar. Cuando haces ejercicio estás sometido a estrés todo tu cuerpo. Así que está bien trabajar tres veces por semana y descansar uno, no pasa nada.
MIs recomendaciones para la consistencia:
- Con respecto a saber comer: lo primero es aprender a comprar tu mercado. En mi caso nunca he comprado alimentos procesados, ya que por mi formación como profesional en ciencia y tecnoogía de alimentos, yo mismo hago mi comida. Suelo comprar los ingredientes sin ningún tipo de aditivo o procesamiento, productos frescos.
- En tu caso, tal vez debes aprender a seleccionar granos y cereales integrales, cambiar carnes rojas por pollo o pescado, limitar los lácteos. Eliminar el consumo de sopas instantáneas, sazonadores que tienen mucha sal, margarinas, bollería…
- Aprende a cocinar: otro de los problemas que encontré en mi batalla era que mi madre no sabía cocinar, y por mucho que yo le indicara, siempre me daba alimentos no aptos para mí. Así que aprendí a cocinar.
- Hágase chequeos médicos regulares: medirse la glucosa, los triglicéridos y colesterol es lo mínimo para saber si hay un cambio en la composición corporal.
Si yo tuve un cambio, tú también lo puedes hacer. No es una cuestión de dinero, es cuestión de un cambio de creencias y hábitos. Te dejo una foto de mi transformación
Antes me cansaba mucho, hoy tengo energía todo el día y lo más importante, lo hago por mí, porque me merezco una vida sana y próspera.